GLICINAS


Las glicinas florecieron,
pero no vieron sus pasos.
Risas y secretos ya no se escuchan.
Donde quedaron las promesas
murmuradas bajo el hechizo de un beso.
Las glicinas florecieron,
pero ellos ya no están.
Entre lilas y verdes,
se amaban, se buscaban,
prometían amor eterno.
A donde van los amores perdidos…
En que lugar se esconden los te quiero…
Quien se queda con los besos…
Las glicinas florecieron.
Ellos… ya no vendrán…

LA ESPERA


Lo veo mirar a lo lejos. Quizás, detrás del humo de su cigarrillo, enhebre olvidos.
Espera. Una leve ansiedad se apodera de él. Sube el cuello de su sobretodo y el viento le pega en la cara. Fuma…
Sus canas lo hacen interesante. Se esconde tras unos lentes oscuros -no puedo ver sus ojos claros-.
Sabe que llegará, envuelta en excusas por la tardanza, con una mirada cálida que él conoce muy bien.
Se reencontrarán en un beso profundo, dulce. Sentirán que es allí donde deben estar, envueltos en un abrazo.
Hola amor… aquí estoy…
LA VI
Es mujer, de blanca tez, de impronto rubor a palabras flamantes,
quizás perpleja con su nuevo tiempo, acaso así por volar desde una pluma.
La vi, y desde entonces habito estremecido un río, su escollera,
en el centro de mí, bailando quimérico en espumas. Solo sé que la vi.
Soy cautivo de un verde irresistible, de dos pétalos por labios audaces,
de yemas secándome la piel. La vi, disparado a mirarme en las olas,
mis espejos, y estaba el rostro de un hombre renovando misterios.
Ahora el sol. Ahora la luna y las estrellas. Ahora minutos de extrañar.
Y la vi, en el cuerpo de un beso estallado, justamente llegando mi ceguera.
“Cristalizadas alas me sujetan
mientras fumo,
anclado a mi vereda de mirar,
la misma de no ver”


MI VEREDA
Si no he contado mal, mil trescientos cuerpitos de veinte por veinte centímetros, componen mi vereda, sombreada en parte por un viejo paraíso, y adornada con dos canteros de plantas descuidadas. Sobre su gris envejecido y dañado, he pasado por cada sentimiento imaginado: Reí, soñé, grité, lloré, callé, fumé. Mi visita a ella, se transformó en un recurso de pausa ahora, de reflexión. Es un reducto símbolo de mi libertad de pensamiento inabordable, donde mis alas, son incontenibles, soberanas, dispuestas a vencer tiempo y distancias. Un día, me verá partir tal vez gozoso, tal vez absurdamente herido, como una síntesis de ella y yo, finamente ligados.
Descubrí en ella, la sensibilidad de ciertas mujeres románticas y me encanta. Se ha transformado en apacible compañera, no silenciosa, dinámicamente transmisores, -ella y yo-, de experiencias. A distancia, seguramente pareceremos indiferentes seres de escasa comunión. Sin embargo, como viejos compinches, nos hermanamos tibiamente en recuerdos y proyectos.
Es mujer. Lo he descubierto por la seducción que me provoca, por lo convencido que vuelvo a ella a contarle dichas y pesares, por la paciencia estoica con la que nos escuchamos. Hemos llegado a comprender silencios como claves. Si, que estoy entregado a los brazos que no ven.
DEL MAR


Vuelvo a mí, en nave de intentos
con el marco de guiños que gira a mis lados
y siento el corazón calmo
descifrando mis sueños visibles.
De cómplice
juego al niño que sigue mis velas
río al amor de las gaviotas
bebo en jarra novedosos gemidos.
Desembarco en la playa del deseo.
He robado a los mares un verde exquisito
y busco en arena mi sitio fetal.

CONFIDENCIAS


Celestes apacibles,
mecen mis mañanas
acunadas por su voz.
Un extraño letargo me invade,
y siento que puedo volar
a su boca,
desmadejarme en un beso.
Sostener la mirada,
viajar a su encuentro,
conocernos…
Confidencias de sueños…
Sueños de calma…
Calmar los sentidos,
Sentir que vivimos,
Vivir…

OTRA HISTORIA


Cruza la calle raudamente, su cabello al viento la transforma en un ser alado,
su chalina vuela, y ella sonríe.
No sabe que sujetar primero si su falda o el pañuelo, nada opacará su buen humor,
ni siquiera la tormenta en ciernes.
Llega al mercado, el mejor corte de carne y unas papas son la compra del día.
Ahhh !!! se olvidaba el vino, retrocede y el mejor Malbec que encuentra pasa a su compra.
Por fin llega a su casa; comienza a preparar la cena, algo muy sencillo, asado al horno con papas, su comida preferida.
Si.. lo espera, impaciente, se ducha y arregla.
Un poco de música, y piensa…
Una nueva ilusión llega a su vida, debe dejar sus miedos, está dispuesta.
Suena el timbre, abre la puerta, una mirada profunda, un beso anhelado,
Se refugia en sus brazos, y sabe que esta bien
Que no se ha equivocado…
MIS DIAS


Risas de arroyo y cascada
casi salvaje fragancia de piel
y en sus ojos
tono tomado a mis tardes de menta.
Todo place
a mano de cada sentido
de mis palmas
de mis humedades.
Mis mañanas
surtas de beso y deseos
tienen alas de plañidero encanto
y el rumor que habita mis noches
me recorre absorto de aromas.
CITA


Son las 20.35 y hace 15 minutos que esperamos, cerca del ombú. La pasajera fuma nerviosamente. De a ratos enciendo el motor del auto para calentar el interior. Hoy comenzó el invierno y se hace sentir. Por el espejo veo el rostro blanco y delgado de la mujer. Su pelo corto parece teñido de rubio. Sus manos no descansan: con la derecha fuma constantemente; con la izquierda juega con un manojo de llaves. Mira a un lado y otro haciendo girar bruscamente su cabeza; baja y sube los vidrios traseros hasta producirme cierto fastidio.-

Desde nuestro contacto apenas me habló:

-. Chofer, lléveme a Alsina y Robbio, cerca del ombú de la plaza. Tengo que ver algo...el viaje es con espera.-

Sospecho que un hombre llegará a entrevistarla. Ella entonces bajará del auto para no ser escuchados por mi, seguramente.-
La plaza está desolada. Lo estará hasta las 22.00, que es cuando salen los alumnos adultos de la escuela de comercio.-
Una mujer, al parecer joven, cruza la calle Alsina y se detiene junto al enorme árbol. Percibo un aumento de tensión cerca de mi. La rubia clavó sus ojos en la recién llegada. Con el cuello de su campera levantado y un gorro tejido puesto, la mujer es irreconocible.-
Un hombre joven llega hasta ella. La besa, conversan. Lentamente, riendo, pasan cerca de nosotros.-
En el silencio ambiente, la impaciencia de la pasajera va en aumento, deduzco, porque la escucho respirar agitada.-

-. ¿ Que hora es, señor?- preguntó con voz casi silbante.-

En la semipenumbra, alcanzo a ver mi reloj.-

-. 20.45, señora, ¿ quiere seguir esperando?

-. Si, un rato más- dijo engrosando la voz, echándole una mirada a una docente que casi corría por la vereda cercana.-

-. Que raro- susurra.-

La curiosidad me perfora. Me pregunto si ella se animaría a compartir su preocupación conmigo. De pronto, en un estallido la escucho acusar:

-. ¡ Ah, los hombres!

Es mi oportunidad. Urgentemente pregunto gozoso:

-.¿ Que anda pasando, muchacha?- (muchacha se me ocurrió coloquialmente apropiado. “Señora” me distanciaría. “Niña” un exceso de confianza. “Piba”, una ordinariez).-

-. Y...le encontré una cita a mi marido, con una tal Roxana, aquí, pero no aparecen. Es raro.-

-. ¿ Anda en auto su esposo?

-. Sí, un 504 azul-

-.Por aquí no pasó ningún Peugeot- digo seguro.

Apoyo la espalda en la puerta a efectos de mirarla directamente.-

-. ¿Está segura que la cita era a las 20.30?

-. Siii...aparte, ayer a mediodía, fíjese señor, lo pesqué confirmando por teléfono la hora y el lugar.-

-. Si, es raro. dije, volviendo mi cuerpo a la posición de manejo.-

-. Me muero, mire, por saber quien es la tal Roxana. ¡ Ahh, pero les voy a hacer un quilombo, mire!

-. Me parece que lo tiene que tomar con calma. A lo mejor no es lo que está pensando usted.-

-. ¡Qué sé yo, mire! Es la primera vez que me pasa en quince años de casados.-

Debe tener cuarenta años, pienso, mientras en el parabrisas caen pequeñas gotas de lluvia.-

-. Son las nueve...¿quiere seguir esperando?

Creo que llora. Me toca el hombro y me pasa una hoja de papel que me llega tembloroso.-

-. Este es el papel que le encontré en el pantalón. Mire, lea, ¿o yo estoy loca?

Leo: “miércoles-20.30-ombú Plaza Italia- te quiere-Roxana”

Puse el auto en marcha. Antes de arrancar, volví a mirarla por el espejo. No sin un poco de pena, dije:

-. ¿Sabés que pasa?....HOY ES JUEVES.-

NO ES FACIL


Sé que no es fácil…
en mis calladas aguas
sortear saltos y torrentes,
hacer un puente,
acariciar mis orillas,
llegar al infinito lugar
donde mi corazón duerme.
No es fácil…
allanar caminos,
cubrir distancias,
poblar ausencias.
Estaré esperando
el instante en que llegues
porque sé que vendrás
aunque no sea fácil…

ENCUENTRO CLANDESTINO


Noche sin luna,
sin testigos,
se aman como nunca lo habían hecho.
Se despojan de grises,
de lamentos,
susurran te quieros,
inventan reencuentros.
Piel a piel se buscan,
dominan sus miedos,
olvidan todo,
viven el momento.
Sintieron de nuevo…
él acarició su pelo,
esparció sus besos,
renació áquello
que una vez sintieron.
Un encuentro clandestino,
los convierte en amantes,
no son libres…
Pero eso no importa en ese instante…
COSTADO


Del humano costado
que resiste ser lo que no quise
soy.
No ignoro
el cuello brutal de promiscua risa
que hiere a dorsal mientras respire.
Entonces
anda el sol y me puebla
canta la vida
es niña
mi rostro hermano de la brisa vive
y duermo con pletórico ensueño.

PLACIDEZ

Demoraré mis caricias en tu rostro,
mis besos en tu piel
serán testigos,
dejaré aromas naufragando
en los suaves huecos de tus brazos.
El cálido aliento renovado
de mis suspiros camino a tu boca,
nos encontrará a los dos
en un abrazo,
con la placidez
de una noche enamorada.

ME BUSCARAS


Me buscaras…
una noche sin estrellas,
en la espuma de las olas,
en el instante en que despiertas.
Me buscaras…
derramando el llanto,
de grises ausencias,
y aromas nuevos.
Me buscaras…
en la risa que falta,
en silentes miradas,
en otros abrazos.
Me buscaras…
cuando nadie te escuche,
nadie te piense,
nadie te bese.
Me buscaras…
cuando me hayas perdido.

PAPÁ (Por Mario Cavellini, hermano uruguayo)

Estaba quieta la noche
estaban frías tus manos
quieta estaba la luz
pálida blanca difusa

marchitos estaban los ojos
del que había sido tan grande
del mas bueno del mundo
dormido y en paz
dormido y en paz

te llevare en mi guitarra
por los caminos del mundo
prendido en la quinta cuerda
conmigo estarás
es tan grande el dolor
que no entra en la canción
y cuando a mis labios
moje un vaso de vino
allí beberás allí beberás
conmigo papá


milonga -Letra y música Mario Cavellini
TUYO

Tuyo, vuelto a niño
vuelo al aroma de regazo,
a la paz frecuente de tus yemas.
A tu sombra de enero y alivio
acuesto mis sueños preferidos.
A tus pies, ofrendo las llagas resecas,
insepultas, del tiempo en que casi
me llegan oscuros.

ADIOS TRISTEZA


Tristeza estás quedando atrás
no has podido vencerme,
mis lágrimas son tuyas
en ellas llevas mis recuerdos.
Allí los dejo…
vendré a visitarlos
con alegría.
Sabés cuanto amé y fui amada,
hoy sigo mi camino
descubrí que puedo
dejar el desconsuelo.
No quiero vivir en tu compañía…

TUS MANOS


El frío trajo tus manos
buscando caminos
por mi palidez callada,
pasearon por naufragios
recorrieron distancias.
Fueron mi guía
en la noche calma,
suavemente las busco
déjame tomarlas…
Las cerraré con mis besos
sobre mi piel,
descansarán exhaustas...

VERTE

Verte de amada palidez

demorada tu gloria compartida,

habla de mí como hombre feliz.

Algo en ti abruma de cielo mi andar.

Hay horas apacibles y cantan jilgueros cerca.

Reina el lago con siestas en el parque,

pasa mi sangre en terciopelo ahora.