NUNCA MÁS


Bajó raudamente la escalera de los tribunales, quería dejar atrás todo su pasado.
Firmaron los últimos papeles donde el divorcio era un hecho.
Nunca más! se había propuesto no verlo ya, nunca más…
Miró su brazo, iba a llevar por siempre la marca de su violencia, una cicatriz de la última golpiza que le había propinado.
Cuántas veces había creído en su arrepentimiento, muchas, quizás demasiadas. Lo había visto llorar como un niño, en su regazo, pidiéndole perdón. Promesas, siempre promesas; que nunca cumplía claro.
Ya no era dueña de hacer nada, todo le molestaba, todo provocaba una escena, donde el final era el mismo, sus golpes, sus insultos .
Ya no tenía excusas para dar entre sus amigos o compañeros de trabajo; me caí! el perro me tiro… tropecé en la escalera, etc,etc. La miraban en silencio, sabía que no le creían.
La decisión la tomó hace unos meses, cuando se enteró de su embarazo. Le comunicó la noticia y él enloqueció, no lo quería. Le ordenó que abortara. Ante su negativa, la volvió a golpear, no perdió el embarazo, por milagro. No quería para ese bebe, una vida marcada por la violencia. Entonces le mintió, le dijo que había abortado. Mientras tanto llamó a su amiga que vivía en Italia, y en medio de su llanto desgarrador, le contó lo que le estaba sucediendo. Le ofreció un lugar, un trabajo, hacia allí iba.
Llegó a su departamento, se quitó la faja que la envolvía, acarició su vientre, miró por última vez, el lugar de la tristeza, tomó la maleta, sonrío y cerró la puerta…

2 comentarios:

FIBO dijo...

Algo que está a la orden del día en cualquier parte del mundo...despravados y cobardes abundan por doquier...la pena es que no se pueda colgar por los huevos y dejarlos que se sequen y los cuervos hasta los rechacen...un besote preciosa, eres mi amiga por y para siempre.

Eric_sbn dijo...

Muchas veces, la realidad supera la ficciòn... no voy a comentar el relato porque en estos momentos siento un hoyo en el centro del pecho, la rabia y tristeza se entremezclan.
Historias como la que narras, deberian leerse en las escuelas y todos los hogares, para que se rompa este ciclo vicioso de la violencia contra la mujer...
Me encanto volver a leer la historia Lia, mucha pasiòn como solo tù sabes entregarnos.
Saludos