CARICIAS
Acariciarte
son gotas de alivio al cansancio y a los retos
es júbilo de mis manos por la vida
adormecido vuelo de palomas.
Acariciarte
es ser príncipe de todas las espumas
es adorar románticos detalles
el renacer de la luna y mi cuerpo.
Acariciarte
es ir a dar sublime en el deseo
mi asombro en tu seda sin prisa
y sumirme en suspiros de amor.

Un encuentro como tantos
convertido en constancia vivida
historia que se escribe
en el sutil espacio-tiempo,
pendida de un alfiler
de nuestro amoroso ensueño.
Un mar de sentimientos
dosificados en perenne goteo.
Dudas e incertidumbres
de un ¿para qué? sin respuesta.
Mas, la alegría nos sostiene,
¡cuanta! sensibilidad fluye
en un tic tac que no cesa.
Mi mente ocupada en tí, la tuya en mí
Felíz Diosidencia de estar ahí...
TUS MANOS
ROMANTICA VENECIA
El tren llegaba a Venecia y la visión de las islas me emocionó. Tantas expectativas, al llegar. Tomamos las valijas y comenzamos a buscar el hotel ya reservado. ¿cómo encontrar su dirección, entre esas callejuelas?.
Nos acercamos a un empleado de la estación. Amablemente, nos explicó que el hotel, estaba ubicado a cincuenta metros de allí.
Dejamos todo en la habitación asignada, y como chicos impacientes, salimos en busca de la Plaza San Marco.
- Vayan caminando - nos dijo el conserje- son veinte minutos a pie.
Con entusiasmo, mirábamos cada callecita, cada puente. Las góndolas, pasaban románticamente por los canales. Esos veinte minutos de caminata recomendada…!fueron tres horas!. Cuando casi desfallecía de cansancio, llegamos a la Plaza San Marco, que majestuosa, se presentaba a nosotros. Rubén, se sentó en medio de la plaza, observando todo lo que lo rodeaba. Las palomas revoloteaban en una danza ritual sobre las cabezas de los turistas.
Yo, deseaba un paseo en góndola. Después de pensarlo durante toda la mañana, ya que era costoso, negociamos con un gondolero, y lo hicimos.
Que más se puede pedir, con mi amor, un paseo romántico…en el atardecer de Venecia….
Lo que el gondolero no explicó, es que la marea estaba baja, y la distancia entre el muelle y la barca, era en ese momento, enorme. Feliz por el paseo que habíamos hecho, traté de subir, justo en un momento de oleaje importante. Con una pié en el muelle, y el otro en la góndola, fue imposible hacer pie firme, y quedé suspendida, viendo con desesperación, el agua debajo. Abrazada a uno de los altos maderos de la dársena, no podía hacer ningún movimiento, paralizada por el susto. Quizás, más asustados estaban Rubén y el pobre gondolero. que no podían terminar de subirme al muelle, empujándome desde atrás y sosteniéndome a la vez, para que no cayera al agua. No sé, cómo lograron hacerlo, pero lo hicieron. Ya sobre el muelle, respiré aliviada, viendo que mis manos sangraban, por tanto aferrarme al astilloso, pero salvador madero.
Hermosa Venecia, ciudad romántica y misteriosa…pero Góndolas… ¡¡nunca más!!
Acuerdate de vivir (dedicado en su primer cumpleaños a Juan Bautista)

Creerás que el tiempo pasa rápido,
que el buen recuerdo puede doler,
pero has venido a recordarnos
que no es tan malo crecer.
Verás que hay días con espinas
y que puede doler vivir,
pero recuerda que cada día
el mundo amanece en ti.
Vendrá el futuro a verte cualquiera de estos días.
Y tendrás en las manos lo que nunca tuvimos:
la esperanza de un mundo con los mares azules,
sin fieros huracanes o desbordados ríos.
No habrá hombres que mueran sin panes ni milagros.
Y en la pared de enfrente leerás que alguien ha escrito
un saludo de paz, un buenos días, un pájaro
con las alas abiertas para volar sin tino.
Cuando las sombras se alarguen
y te toquen con su manos
recuerda que siempre hay alguien,
alguien que te anda buscando
para pintar el futuro,
ya ves, alguien como tú
con quien compartir el vuelo
y emborracharte de luz.
Vendrá el presente a verte con hambre de futuro,
ese mañana incierto que algún día intuimos
que tú harás cercano, más humano y abierto,
más real, más igual, más justo y más limpio.
Será obligatorio escribir poesía
y la palabra amor, como si fuera vino,
tendremos que beberla obligatoriamente
con cada trozo de pan partido y compartido.
Quise escribirte una canción
para enseñarte a vivir,
eres un recién llegado
y yo ya soy tu aprendiz.
que el buen recuerdo puede doler,
pero has venido a recordarnos
que no es tan malo crecer.
Verás que hay días con espinas
y que puede doler vivir,
pero recuerda que cada día
el mundo amanece en ti.
Vendrá el futuro a verte cualquiera de estos días.
Y tendrás en las manos lo que nunca tuvimos:
la esperanza de un mundo con los mares azules,
sin fieros huracanes o desbordados ríos.
No habrá hombres que mueran sin panes ni milagros.
Y en la pared de enfrente leerás que alguien ha escrito
un saludo de paz, un buenos días, un pájaro
con las alas abiertas para volar sin tino.
Cuando las sombras se alarguen
y te toquen con su manos
recuerda que siempre hay alguien,
alguien que te anda buscando
para pintar el futuro,
ya ves, alguien como tú
con quien compartir el vuelo
y emborracharte de luz.
Vendrá el presente a verte con hambre de futuro,
ese mañana incierto que algún día intuimos
que tú harás cercano, más humano y abierto,
más real, más igual, más justo y más limpio.
Será obligatorio escribir poesía
y la palabra amor, como si fuera vino,
tendremos que beberla obligatoriamente
con cada trozo de pan partido y compartido.
Quise escribirte una canción
para enseñarte a vivir,
eres un recién llegado
y yo ya soy tu aprendiz.
cancion de I.Serrano
PERFIL
De verme así,
robusto intenso al paso de los meses,
sorprendido del cielo de las risas
digo que el sol me dá en la cara
y es un brillo de novedoso enigma.
Y estoy así,
recuperadas mis alas del reposo,
tomadas a las tardes filigranas
e inevitablemente volando hacia los brazos
del inédito perfil de mi mujer.
ROMA
Llegué a Roma después de trece horas de vuelo, mal dormida, pero feliz de respirar aire italiano, no hay nada que hacer la sangre tira…como decía papá…
Ansiosa por llegar al departamento que me habían prestado, tomé un taxi, de paso me familiarizaba con el paisaje de la ciudad. Al llegar una amable señora me dio la bienvenida en un italiano que no dejaba de tener una entonación extraña, me aclaró que era originaria de Filipinas, pero hacía muchos años que vivía en Roma. Me explicó brevemente el funcionamiento del departamento, las tiendas de comestibles que había cerca y se fue…Allí parada en medio de la sala, comencé a observar con detenimiento a mi alrededor…un edificio antiguo …cuidado, pero no dejaba de tener un aroma extraño…ubicado cerca del Campo Dei Fiori. Dejé mis bártulos, salí a caminar y llegue a aquel mercado, lleno de gente, bulliciosa, ofreciendo su mercadería, tentadoramente expuesta las verduras, las pastas…El aroma del café me tentó, busque un bar, un humeante capuchino junto con un corneto fue mi preciado desayuno. Quería absorber todo lo que veía, la gente tan expresiva, hablaban en voz alta, y ahí me sentí completamente identificada…con el tono de mi voz. Recorrí cada puesto, cada tienda, lentamente emprendí el regreso, las horas de vuelo se hacían sentir, necesitaba un descanso.
Al acostarme me sentí extraña, rodeada de las cosas, recuerdos que fueron importantes para la dueña de aquel lugar…que habrá pensado al comprar cada libro que formaba parte de su biblioteca que coronaba cual altar su cama…cuadros y muebles chinos… detalles de lugares en los que había estado…
Por un momento me sentí usurpadora, me acerqué a su fotografía, una bella mujer, culta, independiente, supe que había sido cineasta, allí estaban los libros de grandes del cine…
Asomada a la ventana, pensé , cuantas veces ella habrá hecho lo mismo, mirando la centenaria iglesia que había frente a su casa, Santa Catherina…
Sentí una profunda tristeza, por aquella mujer…que murió sola…porque sus últimos parientes estaban muy lejos de allí…
Comencé a pensar en mi vida, que pensarán cuando ya no esté, que harán con mis cosas, recuerdos que hoy atesoro serán mirados con respeto? Lo mejor de mí lo dejaré en sus corazones, lo mejor que viví lo llevaré conmigo…
Con el último pensamiento agradecí su generosa hospitalidad…cerré los ojos y me dormí.
Lia
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