Después del adios...



¿Qué harás sin él?
Continuar…así lo decidí.

¿Sola? …
No lo se…

¿Hasta cuándo?
También lo decidiré.

¿Hay alguien ya?
No, pero llegará a mí…

¿Cómo quieres que sea?
Solo que sea afín a mi…

¿Para qué?
Para compartir momentos.

¿Y, los sentimientos?
…en el compartir se construyen…

¿Qué esperas de él?
Reciprocidad.

¿Qué darás tú?
Reciprocidad.

¿Vida en común?
No necesariamente.

¿Así serías feliz?
Si, solo depende de mí…

¿Le hará feliz a él?
No lo se, también depende de él.

¿Esto puede ser real?
Si, la realidad la creamos.

Y, ¿ahora qué?
Solo esperar…

ME LLEVARÉ TU AROMA

Mis manos,
cruzarán tu cuerpo

mis dedos, acariciarán
tu cabello

mis labios
besarán, tu cuello

me llevaré, tu aroma
me llevaré

Tu aliento

ANTES (Por Sorprendida)


Antes….

Mucho antes de que ya fueras…
Fuiste!!
De mil maneras te concebí
Otras tantas te imagine
Y un sinfín te soñé
Y cuando fuiste
Le diste un sentido a mi existir.


EL TUNEL

Saladas las uñas
cruzaré desierto.

Besaré tu sombra.

Sueño
esperes en silencio.

AQUELLA MUÑECA (por Cati)


Aquélla muñeca,
De rubios cabellos
Con rizos de oro
Y ojos, de cielo
Guardada, en un mueble
del viejo, desván
La miro, y recuerdo,
Mis días, antaño,
cuándo…
Todo en la vida
Era, muy hermoso,
era tan, y tan real,
Hablaba con ella,
le contaba historias.
!Ella! me escuchaba,
jamás, se quejaba,
¡Matilde!...mi amiga,
Muñeca querida,
estás polvorienta.
Has envejecido...
Lo mismo que yo.
Mas, yo, te prometo…
Subir cada día,
Hablar un ratito, quererte
con el mismo cariño
que lo hice, ayer.
Prometo, mimarte
mimarte, de nuevo
Seremos las mismas
lo mismo de amigas
igual de felices…del lejano. Ayer


Cati

LADRON DE SECRETOS


Que habrá sido en otra vida
a veces me lo pregunto
curioso e inquieto todo lo quiere saber.
Sutilmente lo hace
juega con las palabras
pregunta, indaga,
ofrece su tiempo,
me pide historias y yo se las cuento,
cosas que tenía olvidadas en el tiempo,
secretos que nadie supo ver.
Cómo lo hace?
que magia tiene?
Las palabras nos unen
de a poco hilvanan
aquellos relatos que le dejo ver.
Ladrón de secretos
en mi vida te instalas
como en las mil y una noches
termino y comienzo otra vez…

Escrito por Cati


De noche, cuándo escucho tu voz

Suena tan dulce.

Tan tenúe, igual que un suspiro...

llega a mi oido, cuál

música de ángeles...

Lleno, de besos tus labios

besos... Que sólo,

he vivido entre sueños.

Escucho tu voz. suena

a música en mi oido.


Un beso, grande para todos.

Cati




LUZ…LEJANA


Una luz lejana.

Su brillo

es aroma escapando a mi control.

Trato de atrapar esa quimera

morir por sus piernas o metralla

acabar envuelto en sus misterios.

Más hay un diablo de nombre distancia

una razón sutil de apodo tiempo

una silla

una palabra

una hoguera

plateadas por la espera.

HOMBRE


Hombre de mil palabras
llegas con ganas de olvidarlo todo
vives un afan de encontrar tu camino
y logras estremeces
con tu llanto de niño.


Hombre de esta tierra
que con tu canto recorres fronteras
sintiendo el andar de tus pasos
has logrado todo lo que anhelas
y sigues buscando.

Hombre de generación extrema
crees que con el oro compras
todo lo que quieres
y te levantas sin saber lo que buscas
estás llano a olvidar a que
viniste a esta tierra.

Hombre a ti te digo
el sentiiento se alimenta
ya no eres un niño.
¡Mira tu corazón y abrelo al amor!
eres fuerte, no guardes rencor.

Hombre, las sorpresas son mayores
cuando crees alcanzar el cielo,
y sigues ahí sin tener razón
tú sientes y piensas y no quieres entender,
que el amor es más fuerte que todo poder.

Hombre varonil,
contigo llevas un porvenir,
arrastras a tu andar el deseo
de superación y dejas de lado
la búsqueda del amor
¿´Qué quieres encontrar?.

LOLA

Quince, Lola, que nadie canta por mí, como lo hacías, desgarrado.
Quince, que nadie llora mis silencios como tú.
Ya quince, que a que bailar, si cada paso es la tortura,
sin Flores, sin luces, con un manojo de ausencias en la mano.
Mientras, río, sí, lloro, si, canto, sí, sintiéndote pasar, sintiéndote pasar

TU… MI LIBERTAD


Decidir es libertad.
Decidir es perder,
Perder para ganar
Ganar la libertad.
Libertad para Ser
Ser para existir
Existir para el otro
El otro conmigo
Yo con el otro
¡Esto es la libertad!

¿Se puede ser libre en soledad?
Sí, ésa es la real libertad
Soledad es estar conmigo
Si conmigo siempre estoy
Pero, ¿qué mayor dicha sería?
Si con el otro estoy.
Si decido compartir,
Compartir mi soledad
Esta soledad de siempre
Que me sigue hasta el final
Pero que ha de terminar
Si mi libertad comparto
Unidos en soledad….

LA PAUSA


Vi en tus ojos

un arroyo

y encontré mi sed.


Rogué una pausa

viendo lejos

aspiré profundo

anochecido y secreto.

EL MILAGRO DE LA VIDA




¿Por qué esperar ver un milagro?
Cuando diariamente tenemos uno
Y es tan frecuente, como el día a día,
Que lo dejamos de percibir
Y peor aun, ¡de agradecer!

Si, cada despertar es un milagro
Cada día volvemos a nacer
Durante la noche
Las funciones vitales disminuyen
Un solo error de nuestro organismo y
Nos llevaría al sueño eterno.

Ese sueño eterno tan temido y
¿Por qué? ¡Si de sueños vivimos!
Será que hemos vivido tan apegados
A todo lo que nos rodea
¡Todo! esto que vemos, olemos, sentimos,
Tenemos, queremos, necesitamos, etc.
Esto al cual llamamos “vida”
¿Será acaso la vida un sueño más?

Sueño o milagro la vida es…
Ese lapso de tiempo de que disponemos
Por Voluntad Divina
¿Para que?
¡Esto si que temor debiera darnos!
Mucho más que el sueño eterno,
Porque es aquí en el diario vivir
Que debemos existir.

Existir para salir de mí
Salir de mí para los otros
Los otros para mí, así
En una cadena de Seres
En concordancia con Dios
Concordancia llamada AMOR

Y éste… ¡es el milagro de la vida!
Este es el fin de nuestro diario despertar…

LABIOS PINTADOS SUAVEMENTE



Un año de milicia en el sur, me habían alejado del barrio, obligadamente. La noche del mismo sábado en que retorné a mis pilchas civiles, me presenté en el club a retomar vínculos, y fui recibido con abrazos, como si en realidad, volviese de la guerra. Había baile. Cuando vi a Regina, sentí que mi corazón se salía de ritmo. Cambiada, desde nuestros tiempos escolares. Aquel pelo rubio, rizado, había oscurecido, y resaltaba más sus ojos verdes. Sus labios pintados suavemente me inquietaron. Pese a estar sentada, en su cuerpo se veían redondeces equilibradas, deseables.
Regina, compartía la mesa de chapa con amigas que yo no conocía. En un encuentro de miradas la saludé agitando alegremente la mano. La música, no me dejó escuchar el, hola, que creo dijo.
En el transcurso de la noche, bailé con chicas conocidas del barrio. A las dos de la mañana, pensé que era el momento de hacerlo con ella y me acerqué, suficiente y confiado, a su mesa. Aceptó mi invitación con una sonrisa, y ya en la pista, sentí en mi mano derecha el calorcito de su cintura, y reflejos del movimiento de sus caderas. Reímos recordando anécdotas.

-¡Ayyy!… ¡Cuánto hacía que no bailaba!- dijo Regina en un momento, al parecer feliz.

-También yo, Regi.

-Vos bailabas de otra forma en el sur- dijo cerca de mi oído, riendo.

-¡Siiiiiiiiiiiiii!...-respondí, festejando su ocurrencia.

-Voy a mi mesa. Tengo sed-dijo una vez terminado el quinto o sexto tema que bailamos.

Accedí. Pero me encargué de averiguar si podría invitarla nuevamente. Su “sí”, fue mágico. No me faltaron ganas, de instalarme en la mesa junto a ella y sus amigas. Pero no lo planteé.
Una hora después, volví por ella. Creí, que no me esperaba, porque su gesto fue distinto. Su sonrisa fue distinta. Esquivó mesas para llegar a la pista como antes, pero noté rigidez en sus movimientos.

-Me hubieses invitado antes- dijo mirando el piso, sonándome a reproche.

Cuando nos enfrentamos miró hacia un costado, no a mí, como antes. No sonría, estaba molesta -¿conmigo?- justamente cuando había juntado coraje para invitarla a salir en la semana. Insistía en mirar hacia la puerta de entrada, y en consultar la hora en su reloj. Quedé perplejo, cuando luego de haber bailado una única pieza, pidió irse a sentar.

-Es que está por venir Aldo- dijo.

-¿Qué Aldo?-pregunté.

-Aldo P., mi novio-aclaró, acelerando el paso.

¿Aldo P., novio de Regina? ¿El peor enemigo que me dejaron las bolitas, las figuritas y el fútbol, novio de…?

-¿Me decís en serio?-interrogué casi corriendo detrás de ella.


No contestó. Se sentó y echó otra mirada a la puerta. Justamente entraba Aldo P., con su rostro hosco de siempre, su panza crecida, y su ya escaso pelo, por entonces. Seguramente, había terminado su turno en el colectivo que manejaba. La besó apenas. Luego, de piernas bien abiertas, se desparramó en la silla junto a ella. Regina no volvió a mirarme. Siempre supe que él no bailaba, así que allí quedarían hasta el final de la velada, mirando. Estacionado a cinco metros de ellos, sentí que un mozo me golpeaba la cabeza con su bandeja, cargada con dos cervezas, algunas gaseosas y dos atados de cigarrillos de tabaco negro. Luego de pedirme disculpas, se dirigió tan rápido como pudo a la mesa de Aldo P., quien reclamaba fastidiado su pedido.

PELIGRO


Es un juego peligroso
te veo ir lentamente a sus redes,
fascinacion sutil te atrapa.
Te tienta lo prohibido
vas en su busca
cual niña embelesada.
Dejaste quimeras en el tiempo
hoy quieres atraparlas
cabeza loca!!!
Sueñas amores imposibles,
no importa el tiempo ni distancia
peligrosamente te acercas...
al dulce veneno de su llama.

HERMOSA LA NOCHE

Hermosa, la noche
En que, el viento calla
Los Luceros. duermen.
En la noche, suave.
Abrázame...Fuerte..
Bésame, en la cara.
Sacia. Con tus besos.
Mi pasión. Ansiada
Entrégame, tu cuerpo
Yo. Te doy !mi alma!
Hermosa ,la noche.
En que, el viento calla

con cariño

Cati
Muchísimas, gracias,
por dejarme,estar en el Blog.
con vosotros


OSCURIDAD


Despertó, más no quiso tocarla. En la penumbra, sin levantar la cabeza de la almohada buscó sus cigarrillos en la mesa de luz. Ya sentado en la cama, se tomó unos minutos, antes de dirigirse al ventanal del comedor. Por los ruidos del tránsito intuyó que ya era de día, o al menos amanecía en Buenos Aires. Levantó la cortina de madera y vio que sí, que el sol tiraba sobre la ciudad sus primeros rayos. Abrió la ventana de vidrios y sintió en la cara un aire renovador. Pensó en María, y en su propuesta telefónica del día anterior. Eso de hacer el amor en profunda oscuridad, al menos le resultó novedoso, hasta inquietante.

-Amor, esta noche te visito. Pero quiero darte una sorpresa: Dejá todas las luces apagadas. Probemos ¿si? Ni la luz del pasillo encenderé. Quiero una cita absolutamente a ciegas, donde solo nuestros olores nos guíen.

-¿Y si venís de día ya?

-Bajá todas las persianas, oscurecé todo, amor. Así deseo.

Acordó eso. Ambos eran de búsquedas, de improvisaciones, en materia de amor, de sensaciones. ¿Por qué no, entonces?
Es cierto que ya en la cama, en medio de la vorágine de siempre, tuvo intención de encender la luz del velador. Extrañaba el brillo feroz de los ojos de María, su palidez casi mortal en cada orgasmo. Pero no rompería el misterio de esa noche. Ya la vería en la mañana, y seguramente reirían comentando la experiencia. El perfume de María había inundado todo. En realidad, sus perfumes. Lo dominaba el placer de verle cada gesto en la entrega, por lo que determinó que esa sería la única unión a oscuras.
Desde su ventana del segundo piso, vio detenerse un taxi en la acera contraria, descender a una mujer que al cruzar la calle elevó la vista, levantó su mano derecha en saludo, y le sonrió feliz.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo. La perplejidad demudó su rostro. Corrió al dormitorio para encontrar…nada. Solo un perfume conocido. Escuchó el ruido descendente de uno de los ascensores. El segundo acababa de llegar al piso. Oyó el cierre de su puerta, e inmediatamente, el timbre de la suya. Abrió.

-Hola, amor – dijo ella.

-Hola, María.

CEBOLLA

Omar recorría el barrio tratando de averiguar quién lo había rebautizado. Los pibes negábamos saberlo, aunque amenazara con su enorme puño negro. No traicionaríamos al
ocurrente autor, ya que todos disfrutábamos el apodo divertido: Cebolla.
Una mañana soleada, fui sorprendido por Omar, saliendo yo de la despensa de Zapata. Sin vacilar me acomodó con su mano izquierda contra un cerco de ligustrinas. El ondular del puño derecho, cerca de mi nariz, me paralizó. Con el rabo del ojo busqué la presencia de mi viejo por allí. Nada. El aliento de aquel gorila era un castigo en si mismo. Sus ojos desviados hacia afuera divergían eléctricos mirándome con uno u otro.
Tan cerca estaba su cara de la mía, que pude ver en detalles su lengua gorda, morada y acuosa. Sus labios rechonchos y húmedos, juntaban en sus comisuras una espuma blanco-amarillenta.

-¿Voz me puziste Zeboia?. Rugió.

Temblé y exageré mi inocencia con un:

-¿Quéeee?

-¿Quién fue entonzes, eh? ¿O quedéz que te dompa la jeta?

En mi cara se secaban gotitas de su espesa saliva, y
Y mentí obligadamente:

-¡Qué sé yo, Omar...si ni sabía que te decían Cebolla!

Debo haberlo convencido, porque aflojó la presión de su garra izquierda. Mirándome con su ojo derecho, en esta oportunidad, me dijo inocentemente:

-¿Zi te entedáz quien fue me lo deziz?

-Seguro, Omar...palabra.

Me soltó. Con su andar de mono y su cabeza rapada,
cruzó Juncal, allá en Ituzaingó.

Todos teníamos apodos: el pelirrojo, Fideo con Tuco; el fabulador, Milanesa; el de los pedos más sonoros, Motoneta; Rabanito, el que enrojecía fácilmente. Y así de seguido.

Cebolla era un apodo más, solo que Omar se calentaba y entonces era temible. Desconfiaba de todos, especialmente de Milanesa, con quien tenía una relación pésima. Es que una tarde, atajando Omar en la canchita de Trole y Las Heras, Milanesa le acertó un tremendo pelotazo en la cara –pelota muy mojada-. Con la frente, la nariz y los cachetes decorados por las costuras de la pelota, Omar al rato se retiró de la canchita.

-Me voy, muchachoz...me padeze que tengo fiebde.

-Y...sí...para atajar con la cara, mejor andate, bestia- se mofó Milanesa, ganándose para siempre el odio de Omar.



¿Quién? ¿Por qué? ¿Cuándo?...nunca se supo. Alguien le dijo a Omar que su apodo se lo debía a Aldo Rabanito. Sabíamos que el grandote lo acechaba y Aldo cambió rutinas y aumentó la vigilancia. Para el resto de la barra era un alivio que Cebolla hubiese encontrado al culpable, pero temíamos por Rabanito, que era un buen pibe.
Cierta tarde, agobiante, mientras hacíamos nada a la sombra de un paraíso enorme, Aldo salió del almacén de Olinda, perezoso y despreocupado. Burlón, Motoneta le advirtió:

-¡Ojo Rabanito que puede andar el cuco!

Las carcajadas de todos hicieron sonreír a Aldo. Bolsita en mano, partió hacia su casa por la veredita de lajas.
Nadie había visto a Omar escondido detrás del eucalipto. Cuando Raba pasó junto al árbol, la figura esa vez ágil de Cebolla, le cortó el paso. Rabanito algo intentó, pero era tarde. La manaza izquierda lo tenía atrapado del pecho y en un mismo acto su espalda fue a golpear contra una astillosa palmera, que sostenía cables de electricidad.
Pobre Aldo. ¿Cómo salvarlo? “Dejalo ché...te aprovechás porque es más chico” “Cebolla cobarde” “Cebolla cagona” “Cebollón podrido”, gritamos en turno, dispuestos a volar de allí, si el mastodonte hubiese decidido cambiar de presa. Pero no escuchaba nada. Aldo, presionado brutalmente contra las astillas, sorprendió a todos manejando la situación con valentía suicida.

-¡Azí que voz me pusiste Zeboia!- escupió el gigante.

-¿Yooo ponerte Cebolla? ¡No, Cebolla!

-¡No me digaz máz Zeboia, cadajo!

-¡Pero si yo no te digo Cebolla...Cebolla!

-¡Puto de mieda...te mato de una piña zi me volvéz a dezir
Zeboia! ¿entendizte?

-Está bien, Cebolla...no te digo más Cebolla... ¿si?

-¡Ahhh!- gritó Omar como un samurai rabioso, mientras su puño derecho bajaba cual rayo asesino, buscando la breve nariz de Rabanito. De pronto se escuchó un alarido feroz, espeluznante. La palmera se balanceaba aún, cuando Omar se retorcía tirado en la vereda. El pícaro Rabanito al ver llegar el golpe terrible, apenas movió su cabeza hacia la derecha. Toda la furia, todo el odio de Cebolla se había estrellado contra el madero.
Alertas, nos acercamos al caído, que hecho un ovillo se apretaba la mano ensangrentada contra el vientre. Su cara era un pasticho de lágrimas, baba y mocos, y gemía como una bestia. “¿querés que te acompañemos hasta tu casa, Omar?”
“meté la mano en el agua de la zanja, Omarcito” “¿querés que llamemos a tu vieja?”
A nuestras espaldas el increíble Aldo volvía a su casa. Un grito femenino, agudo, cruzo la tarde:

-¡Alldooo! ¡Hace una hora que te mandé a comprar! ¡Entrá rápido o te rompo la cabeza!

SI TAN SOLO

Si tan solo pudieras leer mis pensamientos,
si tan solo pudieras sentir mis deseos.
podrías compartir mis sueños,
podrías disfrutar de este momento.

Si tan solo escucharas el eco de mi voz
llevada hacia tí en una suave brisa,
si tan solo pudieras abrir tus sentidos,
te darías cuenta lo mucho que te extraño.

Imagino abrazándote dulcemente
fundidos en un solo ser acariciándote
si tan solo me dijeras ven a mi,
¡ cuánto amor tendría para darte !.

Si tan solo dejaras que tu corazón hable
y dejaras ese miedo a enamorarte,
te darías cuenta que la vida sigue siendo bella,
estaría yo a tu lado amándonos y amándote.

SUEÑOS


Donde estàn los sueños,
escondidos en nostalgias
ya no los busco,
un cansancio llega
se apodera y toma distancia.
Navego en silencios
me siento lejana
vacìa de todo,
me haces falta…

CREPÚSCULO



Con el paso de los años, me he vuelto mas sensible a mi entorno, cada viaje a El Porvenir, en estas tierras Veracruzanas, me pone en contacto conmigo misma y con la naturaleza. ¿Será que esta zona tiene un nivel de energía que hace que todos nuestros sentidos se aviven y se pongan en sintonía? Una vez más que llego a este mágico lugar, después de un par de horas de estar aquí me toca presenciar el bello atardecer que me inspira, tomo algunas fotos que hablan más que las palabras, sin embargo no puedo dejar de describirl lo que perciben mis ojos que no se cansan de admirar las maravillas Divinas.

Cae la tarde, los sonidos cambian, ahora son los insectos los que
Rompen el silencio anunciando la proximidad de la noche
El sol disminuye su resplandor y brinda al cielo una gama
Perfecta de tonalidades rojo-amarillas
Una franja se destaca en el azul profundo de la noche que comienza
Se dibujan los contornos de las ramas de los árboles que pierden su verdor ante la
Carencia de la luz que invita al reposo
Un arrullo de voces nocturnas acompañan el momento
La colorida franja va perdiendo dimensiones la oscuridad va ganando el espacio al
Ocultarse por completo la luminosidad del sol, mañana será otro día…

Mega009 8 de Mayo/10

EL MILAGRO DE LA VIDA

¿Por qué esperar ver un milagro?
Cuando diariamente tenemos uno
Y es tan frecuente, como el día a día,
Que lo dejamos de percibir
Y peor aun, ¡de agradecer!

Si, cada despertar es un milagro
Cada día volvemos a nacer
Durante la noche
Las funciones vitales disminuyen
Un solo error de nuestro organismo
Nos llevaría al sueño eterno.

Ese sueño eterno tan temido y
¿Por qué? ¡Si de sueños vivimos!
Será que hemos vivido tan apegados
A todo lo que nos rodea
¡Todo! esto que vemos, olemos, sentimos,
Tenemos, queremos, necesitamos...
Ésto al cual llamamos “vida”
¿Será acaso la vida un sueño más?

Sueño o milagro la vida es…
Ese lapso de tiempo de que disponemos
Por Voluntad Divina
¿Para que?
¡Esto si que temor debiera darnos!
Mucho más que el sueño eterno,
Porque es aquí en el diario vivir
Que debemos existir.

Existir para salir de mí
Salir de mí para los otros
Los otros para mí, así
En una cadena de Seres
En concordancia con lo Divino
Concordancia llamada AMOR

Y éste… ¡es el milagro de la vida!
Este es el fin de nuestro diario despertar…
Mega/Dic./09

TIEMPO DE OTOÑO

Las hojas caen, llegó el otoño
y la brisa suave acaricia mi rostro,
una palabra tuya ne hace soñar,
arranca de mi alma la tristeza sin par.
Llegaste en abril, bajo la lluvia caer
apagaste mi llanto y me hiciste reir,
palabras tiernas y cariño a mil
abres mi ganas de volver a sentir.
Una estrella en el cielo guia mis pasos,
camino segura me envuelve un abrazo
y cerrando los ojos comienzo a soñar,
que crece mis alas y vuelo a donde tú estás.
Tiempo de otoño renace el amor
y tu voz desde lejos en una canción,
me dice te quiero eres mi sol
te extiendo mis brazos y te doy mi calor.
En una palabra te digo amor
eres un sueño y una ilusión,
dejémos que el tiempo de una señal
de vivir esta historia hasta el final.
NEGRITACHILE

SIMPLE





Si aquel jarrón me viese

en las espinas.

Si mis sedes

chapaleando días.

Si la parra

mis pasos sin macetas,

el patio bajo tierra

lloraría.