AQUELLA SOLEDAD

AQUELLA SOLEDAD

Condeno aquella soledad y el                                                escarmiento
cuando grises mis sueños y                                                       secretos.  
Y aun volví a besar 
         el diario encanto de las calles,
a acariciar mi cara la humedad de                                               las lunas.
En laberintos fui tinieblas
         dando a mis latidos, hierros,
sin dejar de ver lejos atrás,
                                         pidiendo 
por el niño aquel de los portazos.
GUIÑ0S
Nada pide y el silencio es suyo.
Mi voz fuga  si me nombra 
hay mágicas pérdidas 
si el brillo de los ojos se impone.
Nada pide. 
Tal vez
que riegue momentos
      devenidos en cómplices guiños.


CARAS

Estos brazos de calles,
                   esta frente con 
fiebre atardecida,
mis piernas buscando cansancio y mi memoria,  me dejan volar
por días sin horas, y pleno en los huecos del viejo futuro, 
disfruto óleos de caras amadas.



CAFÉ Y SUEÑOS

Amanecer, el celeste espera.
Una canción nos lleva
al beso y la risa.
Alborotamos la mañana
con café y sueños.
Aromado de pan
nos envuelve el  cielo.


AROMAS
Y llegabas, y la casa un vergel,  
un niño el sol, y todo inundabas de lavanda.
Y te adueñabas de los pasos,
de mi fascinación, de mí, y abordabas mis huesos
en un susurro  al parecer celeste.
Y reías, como ríen los pájaros,  quizás las amadas,
y la ventana  era breve para el pase de asombros.

Reías con tus ojos  de albaca y menta,
reías perfumando, reías en  las sombras cuando
en el techo se estiraba el encanto.

Y lloraste, cuando mi rostro fue un rayo inaceptable,
y marchó  lejos el estupor de injusticia.



DECLIVES


Sigo  declives
perdiéndome en líneas infinitas.
Soy aroma en la orilla
y llega en letargo la tibieza suya.