TIEMBLO


Tiemblo…ante la brisa
que me llega enamorada,
la sal de tus costas
en mi piel quedará tatuada.
El impulso de un beso,
trajo esta pasión inesperada,
subo a las laderas de mis sueños,
amanezco en tu mirada…

ADORO

Adoro
los lazos de encuentro con su piel
cautivo de un beso encantado mediando la luna.
Subo cerrados los ojos
al sabor deseado, al fresco de los sueños intactos.
Y ando
rodeado de espejos de dicha,
alegres de dar mi espalda a la locura.

CÁLIDAS NOCHES


Cálidas noches, acompañan mis dias.
brillantes estrellas,
sonrien conmigo,
comparten,mis sueños
gozos y suspiros
mi vida, mi felicidad.
Negros nubarrones,
Ya todo... Está,todo oscuro.
Está todo frio. Ya nada sonrie.
No hay, felicidad,
Espero...Unos ojos ó, solo una estrella.
volver a brillar

MAMA


Tus pasos cansados llegan contigo,
aprendo a entenderte a medida que vivo,
fuiste miel y simiente
y diste tu abrigo.
Cálida recuerdo los aromas
alrededor de la mesa ,
la casa era una fiesta
llena de voces y algarabías.
Tus manos entrelazaban
las agujas de algún tejido
siempre estabas esperando
la llegada de algún hijo.
Los años cayeron torpes,
migas de recuerdos en tus ojos vimos,
te refugiaste en silencios,
navegaste en olvidos.
Hoy me acerco a ti
busco tu consuelo,
me siento de nuevo niña
tu ternura me abraza,
Mamá querida…

Callo… prefiero mantener el silencio
me enredo en pensamientos,
neblinas de dudas se acercan
y danzan entre mis miedos.
Callo… no quiero decir lo que siento
espero el momento…
envuelta en melodías
sueño con tus besos.
Callo… la madrugada llega sin aviso,
entre celestes inciertos
y verdes nostalgias,
queriendo murmurar… me haces falta…
DESDE ENTONCES

Desde entonces los pájaros.
Desde que tus ojos son segundos, pensamientos,
brisas. Brincos de rayuelas en un patio.
Entonces mis horas son naranjos que visito, celebrando mi vuelta a los desvelos. Desde entonces, son simples mis cosas simples y mi sangre una vez presumida se bate en el cielo de rocío en rocío. Soy algo de tu cuerpo y tus aromas, Quizás general de los temblores, rendido al gusto inédito de tu boca y sus mieles.

LA PIECITA DEL FONDO

La piecita del fondo de la casa de inquilinato, tuvo muchos ocupantes, de distintos oficios, siempre asalariados. Doña Paula heredó de su padre la vieja casona y el oficio de administradora rigurosa. Cristina quedó como testimonio de su felicidad corta, de su viudez prematura. Precisamente, el finado había sido uno de los ocupantes de la piecita, hasta trasladarse al tiempo a la habitación principal de la casa.
Los veinte años de Cristina centrifugaron caras e historias. Tuvo niñez y adolescencia solitaria, pese a que las diez habitaciones de la pensión estaban generalmente ocupadas.
La del fondo, desde que se mudó una maestra hacía ya dos meses, estaba desocupada.
Una mañana al regresar de las compras, Cristina encontró a su madre mostrándole la habitación a alguien. Por la puerta abierta de la misma, la escuchó describir las comodidades. El acuerdo le llegó de una voz masculina muy suave y joven.
El nuevo inquilino, en nada se parecía a los comunes de la pensión de Saavedra. Su traje negro prolijo, denotaba infinidad de posturas, y contrastaba con la palidez de su rostro huesudo. Impactaba el par de ojos negros, embutidos en profundas cuencas. La negra melena ondulada se veía algo descuidada y cayó a su frente, cuando el joven se inclinó a tomar la valija liviana para instalarse.
Fue al mostrar doña Paula el baño y la cocina, que las miradas de los jóvenes se cruzaron. Empeñada en mostrar las bondades del servicio, la mujer no advirtió que antiguos duendes danzaban en el patio.
Aquella tarde de mayo, cambió la casona. Por fin algo novedoso flotaba en el ambiente, si bien doña Paula parecía ignorarlo. Las miradas y sonrisas cómplices del resto de los pensionistas, implicaban a Cristina con la piecita del fondo.
Ciertas veces, estando ella en el patio, miró sobresaltada la ventanita sintiéndose observada detrás de las cortinas. Disfrutaba y la lastimaban esas burbujas extrañas que sentía en el pecho desde que él llegó. De donde habían salido esos proyectos elaborados entre insomnios. Por meses, las burbujas aumentaban cuando él salía silenciosamente, para retornar de madrugada.
En novelas había leído de amores ensangrentados, de pasiones crueles. Algunas enseñaban a muchachas a provocar situaciones de encuentro, a forzar límites. Pero allí estaba la piecita cerrada por horas, y cada vez le dolía más el simple hola de encuentros fugaces, en el patio. Un año de burbujas y duendes; de sospechas de ser observada; de sonrisas y miradas cómplices e inútiles.

Una noche de lunes, del mayo siguiente, el muchacho salió de la casona. Fue la última vez que supieron de él. A las once de la noche sus pasos habían resonado algo vacilantes en el patio. Jamás regresó, ni se tuvieron noticias. A los treinta días doña Paula y Cristina entraron a la piecita. Todo estaba en orden: la cama prolija, una toalla en el respaldo de la única silla, unas pocas prendas en el roperito barnizado. Faltaba el traje. Sobre la mesa, cantidad de manuscritos, de los que Cristina rescató el que cubría la pila.

Doña Paula juntó y guardó en la valija las cosas del muchacho. Cristina suele releer el poema llorando:

“Entre caras de cemento, la flor.
Andamios y motores duelen a su aliento,
prueban sus horas.
Perforado mi tiempo, a un palmo de mi boca
huelo alfalfa.
Sé que espera derrotar las soledades.
Quizás pudiese”.


rdg-set-06

¿POR QUÉ? (por Sorprendida)




Preguntas sin respuestas
Respuestas que llegan tarde
Oportunidades perdidas
Lágrimas versadas, angustia sufrida
Amanece y llamas a mi puerta
Aquí es ocaso
Cierro puertas y ventanas
Es tarde..
Un viento helado recorre mi alma
Junto a la noche entras en mi vida
No renuncias
Percibo tu calor
Palabras dichas resuenan en mí
Las calladas, me marcaron
Porque vuelves?
No lo digas…
No nombres al amor en vano!!!
En silencio explícate y haz posible el milagro..


Sorprendida

A SABERSE (por Sorprendida)




Tu, no lo sabes..
Ignoras sobre mi amor
No me conoces, no te conozco
Desconoces lo que de ti amo
Amo tus sencillas palabras
El saludo matutino que acompaña a tu sonrisa
La mirada cómplice al robarte un beso
La caricia furtiva que te sorprende
Tus inútiles enojos, tus iras ridículas
Tu loca sonrisa, tus chistes tontos
Amo lo cotidiano, lo inesperado
Tu lento paso, tu caminar incesante
Tu mirada que se encuentra con la mía
El sabor que dejas en mí cuando me besas
El recuerdo de tus manos sobre mi cuerpo
Las noches pasadas, las no ocurridas, las que vendrán
La nostalgia de tu presencia
De lo que has sido y ya no eres, de lo que serás
Del amor encontrado y rápidamente perdido
Amo!!!, pero ven hacia mí
Acércate, no temas, no es nada grave
Es solo amor!!


Sorprendida

AGOSTO


Llegara Agosto con sus mieles
cantaran los ecos de la brisa,
se acordaran del sol de esa mañana
y se amaran con los sentidos,
sin prisas.
Se atreveran a lo incierto
ofrendando quimeras,
en colinas y valles nuevos
reposara la luna sin testigos

TARDE (por Sorprendida)






Tengo urgencias que atraviesan mi soma
Expectante, alerta ansío el momento
Desconcertada comprendo
Impaciente voy al encuentro
De la nada, de nadie, del después
Pensante realidad medito sobre ella
Calladas respuesta sin sentido
Acompañan mis pensamientos
Tu, mi amigo silencio
Sostienes mis pasos por la vida
Tómame de la mano
Aléjame del olvido
Déjame creer…
Déjame pensar en la posibilidad de ser
Retrocedo los pasos avanzados
Quieta, inmóvil nuevamente espero
Es tarde? Hay tiempo para el tiempo?
La vida es una continua espera
Devenir incesante aploma mi deseo
Se apaga la luz que avistaba..
Pronto amanecerá
Nuevamente será tarde
Nuevamente intentaré
Aferrarme a la vida


Sorprendida.
PÉTALO




Dónde estabas sino podía en la espesura.

Por qué mirabas lejos

si aquí siempre se mece la esperanza,

se enternecen mis manos,

y anda mi canto expectante.

Dónde estabas con tu voz,

dorando, pétalo de sol.

Beso cada roce invisible,

la noche explicable,

la audacia de tus ojos cerrados.

+ CUENTO +



“PERIQUITA CONOCE EL MAR”

Había una vez una linda niña a quien sus padres le llamaban cariñosamente Periquita, debido a que tenia un rostro redondito y con su cabello a la oreja , lacio y negro, se parecía al personaje de un comic que ilustraba las tobilleras que ella usaba y así mismo se llamaban…Periquita.

Periquita vivía feliz al lado de su familia, papá, mamá, dos hermanas y un hermanito bebé...diariamente iba al kinder de la mano de mamá, durante el recorrido iba observando los lugares por donde caminaban, la fabrica de dulces era la que mas le llamaba la atención, porque en el exterior había dos grandes tambos de dulces que vendían por kilo, era un deleite ves unas barras de dulce cristalizado de color rosa, semejantes a las piedras de alumbre…mas que su sabor era su aspecto de piedras preciosas lo que le, gustaba.
Los domingos salían a pasear todos juntos al parque o a Chapultepec, siempre convivían con sus abuelos, quienes vivían junto a ellos, por esto es Periquita los quería mucho, el abuelo caminaba con la ayuda de dos bastones, y todas las tardes se sentaba el portón de entrada a mirar a sus nietas mientras jugaban en la banqueta con la vecinita.

Y así transcurría los días de felicidad, hasta que sin saber que ocurrió un día dejó de ver a su papá, no supo que pasó, no preguntó por él, fue un golpe muy fuerte, Periquita lloró, se puso muy triste y se volvió una niña temerosa… ¿cómo no serlo? si perdió a quien le daba seguridad…

El tiempo transcurrió y Periquita creció, a sus nueve años su vida cambió drásticamente.
Después del encierro en que vivieron por la falta de padre, mamá decide sacar a sus hijos de la gran ciudad y los lleva a pasear al Puerto cercano…

Que experiencia tan maravillosa, ¡hacer un viaje en tren!! Periquita se sentía dichosa, todo era nuevo para ella, sentir el vaivén del tren mientras viajaban acostados en literas sería un recuerdo que la acompañará toda la vida.

Cuando llegaron al Puerto, lo mas maravilloso fue ver el mar por primera vez, que sensación de inmensidad, escuchar el sonido de las olas, percibir el aroma de mar, sentir su sabor salado, disfrutar el tacto de la arena, como poder transformarla en diversas formas si esta mojada, y cómo se deslizaba entre sus dedos cuando esta seca…fue para ella un cúmulo de sensaciones que le dieron nuevo rumbo a su vida…

Mamá decide quedarse a vivir en el Puerto…Periquita volvió a ser la niña alegre de antes, los días de tristeza y encierro habían quedado atrás…Colorín colorado.
EL TRAJECITO




Sonó el timbre en la antigua y cuidada casa. Por la mirilla don José observó el rostro del hombre. Hizo un esfuerzo de memoria: no le resultaba desconocido. Divisó surcos descendentes en las mejillas, y un mentón recio. No abrió. Pariente no, seguro… quedan pocos y los tiene presentes. ¿Un ex vecino tal vez, o compañero de trabajo? Dudó. El visitante inmóvil, no insistió.

El ojo derecho del anciano, clavado en el hombre, comenzó a arderle. Retirándose de la puerta lo restregó con su pañuelo un instante, ansioso de volver a la mirilla. Al hacerlo se sobresaltó: un dedo índice se agigantaba buscando el timbre. Oyó el sonido insistente, -a diferencia del anterior que había sido un toque corto-. Contuvo la respiración. Observó la barba del extraño, de dos o más días, y vio en ella reflejos plateados.

¿Un vendedor ambulante, tal vez? Se concentró en la vestimenta y descubrió la prolijidad de la camisa y el pantalón. Allí se enteró que el hombre no estaba solo: junto a él, un niño de siete u ocho años sostenía firme la vista en la mirilla. Vestía un trajecito azul de marinero, cuyo pantalón le tapaba apenas las rodillas. Don José dio un respingo: también le resultaba familiar el niño. Tuvo intención de correr al fondo a buscar a Juana; tal vez ella le ayudara a identificar al dúo.

Nuevamente el pañuelo. Había llegado al fondo de los recuerdos... y nada. Del pibe le llamó la atención el corte de pelo a la americana, -que dejaba ver un par de orejas de medianas a grandes- con jopo duro. De la cara del niño, fresca y semipálida no salía un gesto.

Atento vio en el hombre un conocido mohín de incomprensión. Retomó la teoría del parentesco. Su frente se humedeció con sudor frío. Por fin decidió ir a buscar a Juana al fondo, que estaría recogiendo semillas avanzado el otoño. Al pasar por la cocina, la vio ensimismada pegando botones. ¿No habría escuchado el timbre dos veces? ¿O recién llegaría del fondo?

-¿Sacaste las semillas, Juana? –sondeó.

-No, todavía no. Después de coser el saco... ¿por qué?-contestó la mujer sin sacar la vista de la costura.

El anciano hizo una pausa antes de retomar el interrogatorio.

-¿No escuchaste el timbre de la calle?

-¿El timbre? No, para nada, viejo.

“¿Estará quedándose sorda, la vieja?”

-¿Segura que no escuchaste?

-¡Má, José... ! ¡Dejate de jorobar! ¿Querés?

El timbre volvió a sonar, ahora más largamente. Casi corriendo don José cruzó el comedor. Sorprendería a aquella gente destrabando y abriendo en un solo movimiento.la puerta. Alcanzó a escuchar a su mujer:

-¡Eh, José! ¿Te volviste loco?

Sin apreciar la humedad de su mano giró el picaporte. Frente a la puerta... nadie, ni frente a las ventanas pegadas a la vereda, ni en la cuadra. Perplejo miró a Juana que lo había seguido sin entender.

-Viejo... ¿Qué te pasa?

Sin contestar trotó hasta la esquina más próxima. Miró en uno y otro sentido. Ni rastros de los visitantes. Trató de respirar profundamente, y con el mentón hundido en el pecho volvió a la casa.

Juana ya había puesto la pava. Sentado, mientras tomaba el primer mate, casi abatido, don José insistió:

-¿En serio no escuchaste los timbres?¿El tercero tampoco?

Juana lo miró preocupada, antes de negar con la cabeza. El silencio acompañó al resto de los mates. Arrepentido de no haber abierto en primera instancia, don José decidió ducharse.

-Andá, después te llevo la ropa, viejo.

Sacándose la camisa, largamente contempló sus ojos en el espejo.

-Viejo, acá te traigo la ropa interior, un pantalón y una camisa. ¿O querés el trajecito de marinero que tu mamá te ponía cuando eras chico?-dijo Juana atenta al silencio.Detrás de la puerta, sentado sobre el inodoro tapado, don José, dormía muy profundamente.

-Paro cardio respiratorio no traumático, señora. Lo que me extraña, es que este hombre antes del óbito, haya llorado.



QUIERO




Si dejaras de verme de verano

será que he vuelto a pensar en ser camino.

Si fui, no quiero de polvo imaginarme,

sino árbol, de tu historia la sombra,

con aroma a hojas de setiembre,

en el cenit de tus labios y los míos.

Quiero, que quieras beber mis espumas

de costa dormida

y sientas perdición bajo mi cielo.

Soy de allí. Del exacto lugar donde tus pasos

se sienten seguros todavía.

Mi frente, la de tanto rumor de tonterías,

lánguida repose en tus silencios,

volviendo a nuestra noche en melodías.

VUELO


Libre algarabía
llena mis sueños.
deshago nudos de ausencias,
y liviana llego.
Meciéndome en esta calma,
intentando caminos nuevos.
Me sentiré libre,
me sumerjo en azules y vuelo…

AL AMOR

De ver de frente

no siempre miro el fondo de mis hombros.

Entonces pierdo miradas y me apeno

porque es no entender que siempre es la mañana.

Si veo al amor como dos aves

corresponde ignorar cuarenta rejas,

caminar en sentido de la boca,

o verme sorprendido por un fuego.

Heme así, ciñendo mi traje como joven,

aromando como manzana nueva,

soñando una risa ilimitada,

gozando sentir, con reverencia.

LA VERDAD (por Sorprendida)

LA VERDAD!!


Donde están las palabras?
En qué lugar se esconden?
No las hallo.
Cuales son las justas?
Existen? Las hay?
Me falta el aire
Quiero gritar y no puedo
Quiero hablarte y no sé como
No hay pena, no es pena, entiéndeme
Cómo puedo pedir entendimiento!!!
Es tan fuerte el dolor!!!
La mentira me ahoga, no la soporto
La verdad te hiere, me libera, nos lastima
Realidad cruda, cruel e injusta
No me alejes, déjame estar, te acompaño..
Acepto, tú decides…


SORPRENDIDA

INVENTARE


Inventare caminos en tu cuerpo
tu piel será el sendero,
mis besos recorrerán tus sendas
como expectantes viajeros.
Me demorare en tu silencios
agonizaran mis miedos,
despertare latidos
paseare en tus puertos.
Me abrazare a tus caricias,
serán instantes eternos…
Me ahogare en tu boca
inventare un te quiero.

MISTERIO


Que misterio enciende
el fuego de la piel,
en un silencio de besos
los cuerpos fundidos.
Sintiendo el arrullo
de voces al oído,
renace el deseo
que estaba dormido.
Bocas que buscan
y encuentran gemidos,
recorriendo caminos
que estaban perdidos.

LA ESPERA


La veo venir , lenta y sigilosa
Que haceis ??
seguid adelante !!!
te espero...
no te temo........!!
si ya te conozco
porque he de temerte ??
Avanza...
Venid en mi busqueda !!!
Hace tiempo que te espero
ya ni cargas tengo
esta vacio mi equipaje
como vine ... me voy..
lo aprendido, lo enseñe
lo que gane lo regale
nada me llevo
solo la esperanza de volver
y seguir progresando......
mi amigo el silencio y maestro
todo lo sabe,,,,,,verdad???

SIEMPRE EN MI


La tristeza es mi compañera
un complejo es mi vecino
si vieras en mi destino
ya veras cuanto me pesa
Ha sido mi sombra siempre
y no la puedo alejar
solo cuando estais conmigo
ella tiene que esperar
pues es tanta la alegria
que tu compañia transmite
que no siento la vida fria
Tu mirada es relajante
y llena todo mi ser
no me canso de mirarte
y me siento entristecer
cuando tus labios me dicen
que esto no puede ser
Sera locura.......como vos decís
pero quien manda es el corazon
y sin con locura nos queremos
la locura entonces...tiene razon
No te alejeis,,,te quiero
estais en mi vida
y como luz encendida
siempre estareis
reinando en mi corazon

A MI VIEJITO



Hola, viejo. Estoy en internet, por este medio te hablo. ¿Cómo qué que es? jajajajaja. ¡Ay viejo... no sabés como cambiaron las cosas desde aquel 17/02/88! ¿Veintidós años, yá? Puta madre...ni me dí cuenta. ¿Es que sabés? Dicen que te fuiste...¡que te vas a ir, si caminás por cada cosa mía, siempre!. Viejo, hoy cinco de julio, quiero festejar tu cumple, si. Noventa años hace que naciste, que nacimos, porque sin vos...¿yo, qué?. Los dos de cáncer, medios locos, apasionados, dulces, durísimos a veces, comprensivos, férreos cuando se trata de sostener una bandera, y tantas veces desorientados. La vieja no aguantó cuarenta y ocho horas, para que yo te llegara como regalo de cumpleaños. Viejo, decime que fuiste feliz con mi nacimiento, con mostrar a tu cachorro bello, según cuentan. Sé que hiciste todo lo que tu capacidad te brindó, por mí. Y como te dije al oído por última vez, en aquel hospital extraño, sin lágrimas, fue un orgullo ser tu hijo, y ese orgullo, en la medida en que me acerco lentamente a tu edad, que dicen de partida, es más grande que nunca. ¡Qué cosas habrás soñado para mí!. Viejo, hice lo que pude y puedo, más jamás te traicioné. 
Si vieras a Dina, Christian Dario y Mariana crecidos, viejo -ya sé que sufriste por mi Diego Dario- Si hubieses conocido a Esteban Dario. Si me vieras, con nietos ¡No podrías creerlo! ...¡tu Rubino abuelo!
Miguel Darío, esperame con las peras prometidas. No sé cuando, no te prometo nada, pero sé que inexorablemente marcho al reencuentro. Pero....aún tengo cosas que hacer por aquí.
Viejito...a la derecha de la plantilla te dejo un tanguito. No cualquiera. Aquel que me encantaba escucharte,  con admiración. ¡Feliz cumple, viejo! Ah...decime "pibe"...ya sabés que me encanta. Tu hijo.

CONOCERTE (por Sorprendida)

Conocerte, entrar a tu vida
Disfrutar tu mirada, tu sonrisa
Jugar con tus manos, verte caminar
Imaginar tu voz acariciarme.
Estás?
Donde?
Cómo eres?
Quien eres?
Te vi
En ese lugar, justamente.
Eres autentico, simplemente eres
Si, hombre tú, nadie más que tú
No otro! no aquel! no éste!
Solo tú!!!
Me verás, lo sé
Entonces...
Entrarás en mi
Disfrutarás de mi mirada, mi sonrisa
Jugarás con mis manos
Y acariciaré con mi voz todo tu ser.


Sorprendida.

ANONIMAMENTE (por Anónima)


En un lago celeste vi tus ausencias

y la quietud de tus días.

Rebelde escribes tus vientos,

cálidos llegan de tu alma.

Te conviertes en tormenta y ruges,

cual león herido llamas.

Tus manos siempre están tendidas…

sosteniendo el humo de tus ansias.

Allí te veo bohemio de las letras

esperando los sueños en tu calma.

OJOS MUERTOS...VIVOS


Amable miró los horrores.
Yermo su arcón de amores
semejó una visión piadosa,
sobre su yo devastado.
Juguete fue de una tormenta.
Como un niño ciego, cayó a tientas
con la voz faltante, lastimado el cielo,
y en la boca tierra de sabor sin apellido.
En su noche de ojos muertos,
trazó una línea de terrible verde.
De pié, abiertos brazos
conminó a los aires a ganar profundo
su sangre olvidada, rodó a su infancia,
emplazó a su leyenda atreverse a vivir.