Màncora- Capitulo 1 "La churre Anelhia"



"Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos"
Albert Einstein


Anelhia estaba observándolo todo, miraba como su mamà arrojaba agua al piso para luego pasarle la escoba. La churre llevaba en una mano un racimo de uva, que la comía lentamente, grano a grano, para así calmar la terrible sed que producía los 27 grados de temperatura sofocante de la mañana, de pronto salio de su estado de contemplación al oír a su madre gritarle:

" Guuà: Anelhia no arrojes las semillas al piso que ya pase la escoba! "

La churre, para no contrariar a su mamà, ni dejar de observarla, guardaba las semillas de las uvas dentro de su oído. No pudo evitar el enojo de la madre cuando la llevo en brazos y corriendo a la posta medica para que le retiren las semillas que llevaba dentro.

Tenía el cabello negro intenso y de ojos verdes amarillo, quizás fue el sol quien le tiño los ojos al nacer, ya que todos en su familia eran de ojos color negro. Siempre fue una niña sana, fuerte y decidida, siempre encontraba soluciones a las dificultades o carencias que se le presentaba en la vida, así creció, con las raíces bien sujetas a la tierra, pero su fértil imaginación, hacia que por momentos abandonara el mundo para dejar volar sus sueños.

Màncora, es el nombre del pueblo donde vivía con su familia, cuenta la leyenda que el nombre se debió al descubrimiento de un hombre manco que a diario, y a la misma hora, visitaba una capilla muy chiquita para rezar. Con el tiempo, los habitantes identificaban al pueblo con el "manco y hora"

Anelhia, estaba obsesionada con esta leyenda, siempre observaba a la gente que llegaban de turismo, sus manos.. quería descubrir al manco de la leyenda para comprobar que los cuentos si existen y preguntarle, -si la suerte le acompaña- al protagonista , por quien rezaba tanto?
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Nota: La palabra o expresiòn “ Guua” muy utilizada en esta región del Perú, fue aportada por la cultura africana, exactamente proveniente del idioma kikongo; ya que:“En este idioma existe la interjección wáa que expresa ‘sorpresa, protesta, indignación’

4 comentarios:

Antorelo dijo...

He llegado aquí desde un blog que ambos leemos. He echado un vistazo y me gusta cómo escribes y lo que escribes; te sigo. Te dejo el nombre de mi blog:Tijerasdepapel, por si quieres echarle un vistazo.
Un saludo

LIA50 dijo...

Eric, que niña traviesa debe haber sido la de tu relato! sabes darle a tus escritos esa cuota de fantasía indispensable para que esperemos con ansias la cotinuación. Besito Lía.

Anónimo dijo...

¡Qué hermoso, Eric¡ seguiré tu relato con muchísimo interés. Con dos pinceladas nos has hecho soñar e imaginar a esa niña.
Un abrazo.
Madeira

Anónimo dijo...

Soy yo....Anelhia...
aneliagonzalez@yahoo.com